Derechos Humanos y Diversidad Sexual
Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna en razón de su nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición.
Estos derechos ya sean los derechos civiles y políticos, tales como el derecho a la vida, la igualdad ante la ley y la libertad de expresión; o los derechos económicos, sociales y culturales, tales como el derecho al trabajo, la seguridad social y la educación-son universales e inalienables, interrelacionados, interdependientes e indivisibles, es decir, el respeto de uno de esos derechos incide en la protección de los demás. De la misma manera, la privación de un derecho afecta negativamente a los demás.
Las obligaciones básicas legales de los Estados respecto a la protección de los derechos humanos de las personas LGBTI incluyen, entre otros:
1.- Proteger a las personas contra la violencia homofóbica y transfóbica.
2.- Prevenir la tortura así como los tratos crueles, inhumanos y degradantes de las personas LGBTI privadas de libertad, prohibiendo y sancionando tales actos y garantizando que las víctimas reciban una reparación.
3.- Derogar inmediatamente las leyes que penalizan la homosexualidad, incluyendo todas las leyes que prohíben relaciones sexuales con consentimiento entre adultos del mismo sexo.
4.- Prohibir la discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género.
5.- Preservar la libertad de reunión, expresión y asociación pacifica para las personas LGBTI.
La situación de invisibilidad y desprotección del Estado hacia la comunidad LGBTI debe de acabar. No podemos tolerar que un sector de la población esté ausente de las políticas públicas, programas y servicios, y que pueda ser atacado, insultado, discriminado o incluso, algunos de ellos sean asesinados sin que exista una respuesta inmediata, oportuna y contundente del Estado. Tampoco debemos tolerar que se niegue el reconocimiento a su identidad, que se les estigmatice en los servicios de salud o que el sistema educativo no cuente con mecanismos para combatir el bullying homofóbico. No podemos aceptar que la respuesta hacia las personas LGBTI sea solo la incomprensión, la indiferencia y la negación de su condición de personas con dignidad.
Los Derechos Humanos deben existir y garantizarse para todas las personas, pues cada persona debe contar con una plena dignidad humana.
Estos derechos ya sean los derechos civiles y políticos, tales como el derecho a la vida, la igualdad ante la ley y la libertad de expresión; o los derechos económicos, sociales y culturales, tales como el derecho al trabajo, la seguridad social y la educación-son universales e inalienables, interrelacionados, interdependientes e indivisibles, es decir, el respeto de uno de esos derechos incide en la protección de los demás. De la misma manera, la privación de un derecho afecta negativamente a los demás.
Las obligaciones básicas legales de los Estados respecto a la protección de los derechos humanos de las personas LGBTI incluyen, entre otros:
1.- Proteger a las personas contra la violencia homofóbica y transfóbica.
2.- Prevenir la tortura así como los tratos crueles, inhumanos y degradantes de las personas LGBTI privadas de libertad, prohibiendo y sancionando tales actos y garantizando que las víctimas reciban una reparación.
3.- Derogar inmediatamente las leyes que penalizan la homosexualidad, incluyendo todas las leyes que prohíben relaciones sexuales con consentimiento entre adultos del mismo sexo.
4.- Prohibir la discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género.
5.- Preservar la libertad de reunión, expresión y asociación pacifica para las personas LGBTI.
La situación de invisibilidad y desprotección del Estado hacia la comunidad LGBTI debe de acabar. No podemos tolerar que un sector de la población esté ausente de las políticas públicas, programas y servicios, y que pueda ser atacado, insultado, discriminado o incluso, algunos de ellos sean asesinados sin que exista una respuesta inmediata, oportuna y contundente del Estado. Tampoco debemos tolerar que se niegue el reconocimiento a su identidad, que se les estigmatice en los servicios de salud o que el sistema educativo no cuente con mecanismos para combatir el bullying homofóbico. No podemos aceptar que la respuesta hacia las personas LGBTI sea solo la incomprensión, la indiferencia y la negación de su condición de personas con dignidad.
Los Derechos Humanos deben existir y garantizarse para todas las personas, pues cada persona debe contar con una plena dignidad humana.
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